La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo, que se caracteriza por la pérdida progresiva del control muscular, lo que conduce a padecer temblor de las extremidades y de la cabeza mientras se está en reposo; cuando los síntomas empeoran, puede resultar difícil caminar, hablar y realizar tareas sencillas.
La mayoría de los síntomas relacionados con el movimiento son causados por una falta de dopamina, ya que se debe a la pérdida de células productoras de la misma. La dopamina actúa como un mensajero entre dos áreas del cerebro, para producir movimientos suaves y controlados.
Los principales síntomas de la enfermedad de Parkinson se relacionan con la función motora voluntaria e involuntaria y por lo general comienzan en un lado del cuerpo; los síntomas son leves al principio y progresan con el tiempo.
Entre ellos destacan los temblores en dedos, manos, brazos, pies, piernas, mandíbula y cabeza, que ocurren con mayor frecuencia, mientras que la persona está en reposo, rigidez de extremidades y tronco en el movimiento, lentitud de movimientos, inestabilidad postural y marcha parkinsoniana -arrastrar los pies, posición encorvada y balanceo de brazos.
Los síntomas secundarios son trastorno de ansiedad, inseguridad, confusión, estrés, pérdida de memoria y demencia; así como estreñimiento, depresión, dificultad para tragar, salivación excesiva, disminución del olfato, aumento de la sudoración, disfunción eréctil, problemas de la piel, habla lenta, voz monótona y frecuencia urinaria.
Fuente Imagen: doctoreduardolopez